Emigrar – ¿Será heridatario?

Siempre pienso lo que hubiera sido para mis abuelos tener a mano un Street View, un Google Maps, un Zoom o una video llamada de WhatsApp…

Mi abuelo emigró hacia Argentina a finales de los 40, con un pasaje de avión que una tía le había hecho llegar para que pudiera buscar un futuro mejor en la prometedora América. Y así, solito con su valija, atravesó el Atlántico en un vuelo de la Royal Dutch Airlines, obteniendo un certificado por haber cruzado volando la Línea del Ecuador. En Lalín había quedado mi abuela, embarazada de mi papá, esperando novedades de que le depararía el destino en la tierra prometida.

Finalmente mi papá llegó al mundo en la casa de su abuela materna en el pueblo de Lalín, Pontevedra, mientras mi abuelo se establecía en el Barrio de Almagro y ahorraba el dinero suficiente para sus pasajes de barco.

En el año 50, después de 16 días en altamar, mi abuela y mi papá llegaron al Puerto de Buenos Aires para reunirse con mi abuelo y comenzar su nueva vida juntos.

El resto de sus vidas transcurrió en Argentina, siempre en Almagro. Se volvieron materos los dos, él hincha de Racing, ella de San Lorenzo. Siempre decían que Argentina les había dado todo, un techo, trabajo, un futuro y sus nietas. Mi hermana y yo éramos lo más importante que tenían, y siempre nos lo hacían saber. Mi abuela fue la encargada de transmitirnos su amor por su tierra. Por su añorada Galicia. Nos hablaba de lo que extrañaba el pulpo, nos enseñó a tocar las castañuelas, a usar el abanico y a bailar el Paso Doble y la Jota. Nos contaba historias sobre como trabajaba en el campo y el frío que hacía en invierno.   

Nunca nos habló de lo mucho que le habrá costado dejar su pueblo, su mamá y sus hermanos. Siempre nos hablaba de ellos con muchísima alegría y amor. Sufrió mucho cuando se enteró que su mamá había fallecido. Cuando la carta con la triste noticia llegó después de 15 días a Buenos Aires, su preocupación era no saber que habría estado haciendo en ese momento ignorando lo que sucedía a miles de kilómetros de distancia.

Mi abuelo nunca quiso volver a España, “Para qué?” decía. Mi abuela si volvió, más de 30 años después de su partida, y pudo reencontrarse con una de sus hermanas y sus muchos sobrinos y primos. Ese viaje fue una alegría y emoción enorme para todos.

Se fueron muy pronto los dos, primero mi abuela y menos de 2 años después, mi abuelo la alcanzó. Creo que no podían estar mucho tiempo separados, después de todo lo que habían vivido juntos, desde muy jóvenes. Solos en un país desconocido, el zapatero y ella costurera, escaparon de los estragos que la guerra había dejado, buscando un futuro mejor para su hijo en camino. Fueron siempre un gran ejemplo para mí, de esfuerzo, dedicación, amor y fortaleza.

Hace más de 10 años tuve la suerte de conocer Lalín, la casa donde mi papá nació, la casa donde nació mi abuelo en Ateán, el Puerto de Vigo desde donde zarpó el barco que los llevaría a Argentina, y por supuesto, a toda la familia que sigue viviendo allí.

Cada vez que voy, una nueva historia o anécdota de ellos me llevo. La sensación de pisar su suelo, de estar en sus casas, de mirar por la ventana el campo que ellos veían y trabajaban, no tiene precio ni comparación con ninguna otra sensación. Cocinar en la cocina a leña con una sobrina de mi abuela que es un calco de ella, es algo que no se puede explicar con palabras. Estar ahí, viendo y viviendo lo que tantas veces oí, me hace sentir más cerca de ellos que nunca.

La vida que tiene esos ida y vuelta tan particulares, hizo que hace unos años me tocara a mí Emigrar. Esta vez a la inversa de ellos, de Buenos Aires a Madrid (a menos de 500km de Lalín), pero en búsqueda de lo mismo, un futuro mejor para mis hijas. Y ahora más que nunca pienso en mis abuelos y en todo lo que vivieron, y todo lo que yo tengo y ellos no tuvieron. Y eso me hace quererlos aún más, si es que se puede. Nosotros hasta la tenemos “más fácil” con la tecnología, los vuelos de 12hs, y la comunicación online al alcance de la mano. Eso me da más fuerzas para seguir acá, pero siempre comunicada con el allá.

Hay un texto anónimo que dice:

“Irse es lanzarse a lo desconocido, el dejar atrás, animarse a emprender el viaje. Irse siempre duele en algún punto. Irse es soltar, abandonar, entregarse a la incertidumbre de no saber qué pasará sin nosotros en el lugar que dejamos y no saber qué pasará con nosotros en el nuevo camino.

Hay quienes retrasan la salida hasta asegurarse un nuevo lugar de llegada. Suena razonable, pero deja de serlo cuando en pos de esa seguridad se nos pasan los meses, los años, la vida entera queriendo irnos sin animarnos.

No hay que llegar sin irse, y ese es el punto que casi siempre olvidamos; y entonces demoramos inútilmente la despedida. Pero hay que saber irse también. Porque el dolor de dejar atrás lo acostumbrado, lo conocido, es el precio que se paga por la aventura de lo nuevo, por el soplo de vida que nos sorprende al salirnos de lo confortable. Es el precio que se paga por la probabilidad (siempre alta) de encontrar cosas mejores”.

Nosotros siempre habíamos fantaseado con vivir en Madrid, la ciudad que habíamos visitado tantas veces y que siempre nos generó una extraña sensación de hogar, pero siempre era algo proyectado “a futuro”. En 2018, ambos cerca de los 40, con dos hijas y la casa que tanto esfuerzo nos había costado, una situación laboral nos puso en la incómoda situación de tener que barajar y dar de nuevo. Y entonces llegó nuestro “ES AHORA O NUNCA”. Sabíamos que si no aprovechábamos esta situación era difícil que alguna vez lo pudiéramos concretar, y que si no lo hacíamos, siempre nos quedaríamos con el QUE HUBIERA SIDO SI…

No fue fácil, por supuesto que no es fácil! La familia, los amigos, los asados, la casa, ciertas fechas, la partida de seres queridos, los nacimientos, todo tira y todo afecta. Pero la tecnología hoy ayuda y muchísimo!!!

Son fundamentales nuestra familia y amigos, que nos acompañan en todas a pesar de la distancia, que siguen festejando con nosotros nuestros logros y apoyándonos, presentes siempre en el día a día. También lo son los amigos y familia de acá, que nos ayudaron desde el primer momento.

No es nada fácil Emigrar, en ningún momento ni ninguna época, pero sé que cuando se siente que es el momento, cuando se está realmente convencido, se tiene que dar el salto para no vivir por siempre con el “que hubiera sido si…”

Pero cuidado! hay que estar 100% convencido. Y si se viene en pareja, los dos 100% convencidos. Esto no es algo para ver como lo llevamos o a ver si te convenzo en el camino…NO

Cuesta mucho y día a día, se extraña muchísimo a los afectos. Familia y amigos. Costumbres. Olores y sabores. Es así, y por eso no se puede hacer a medias.

Pero es mucho lo que se gana también…Se gana calidad de vida, pero no monetaria, calidad de vida en el día a día, en la seguridad para vos y tu familia, en la estabilidad y en el alcance de las cosas. Se gana experiencia de vida. Se gana el aprendizaje de salir de la zona de confort. Se le da otro valor a la educación, al crecimiento y al esfuerzo. No sé qué nos deparará el destino o el futuro, o en que parte del mundo nos encontrarán en unos años. Pero hoy estoy acá, en la tierra que vio nacer a mis abuelos y a mi papá, sintiéndola como propia, sintiéndome en casa y cerca de mis ancestros.

Loli

17 comentarios

    1. No puedo creer como puede ser que, aún sin conocerte, las similitudes de tu relato y mí vida. Cuántos más coincidirán? Gracias por compartir. No salgo de mí asombro… Mí padre también nació en Lalín y mí madre en Panxón, Vigo.

      1. En serio?! Qué emoción y que coincidencia! Mira que hay lugares en España para que coincida justo con Lalín 💜 ojalá hayas podido conocerlo, sino conectame que tengo muchas fotos de este bellísimo pueblo! 🥰

        1. Sí! Loli fuimos con mí marido a conocer los cuatro pueblos de nuestros padres. Papá era de Benndoiro, Lalin. Morí de emoción y ya no me despegué más. De paso visité a mí amiga de la infancia Gaby Colombo en la Coruña y en unos días mí hija se va a hacer un máster y probablemente a emprender el camino inverso instalándose en la Coru. . Muy movilizante todo pero hace tiempo que creo es genético, llevamos el sacrificio y la flexibilidad necesaria para hacerlo Gracias por compartir tus experiencias tal vez un día pueda conocerte. 😘

  1. Me identifiqué mucho con tu relato. Soy hija de italianos y mi marido de Gallegos. Nuestra hija mayor vive en España hace 2 años y mis otros hijos se aprestan a seguirla en tanto vayan terminando sus estudios . También me he preguntado muchas veces si ese espiritu de inmigrante se lleva en los genes! Gracias x compartir!

  2. QUE GRAN TRITEZA SABER QUE LOS NIETOS ESTAN PENSANDO EN DEJAR NUETRA ARGENTINA Y REALIZANDO LO MISMO QUE NUESTROS PADRES PERO DISTINTO POQUE ELLOS DEJARON ATRAS UNA GUERRA Y EN NUESTRA ARGENTINA LA GUERRA FUE DE UN PAIS SIENDO UNO DE LOS MAS RICOS LO FUNDIERON LOS POLITICOS Y ASI SE VAN NUESTROS HIJOS Y NIETOS Y ASI QUEDAMOS LOS FAMILIARES DESTROIDOS

    1. Gracias por leerme! Yo creo que sí 💜 y que por algún lado la tierra tira 😊 yo crecí con mis abuelos hablándome de España y me inculcaron el amor por ella, la tierra que los vio nacer a ellos y a mi papá

  3. RAUL OSCAR BARROS
    SI COMPRENDO LA JUVENTUD DE ABRIRCE CAMINO CREO QUE EN NUESTRO PAIS ES LAMENTABLE PERO LAMENTABLEMENTE NO HAY FUTURO CREO PARA NADIE Y TENEMOS QUE ALENTAR A ESA JUVENTUD QUE ESTA DECIDIDA Y LES IRA BIEN COMO LES FUE A NUESTROS PADRES Y ABUELOS

  4. Me re emocionó Loli!! Recordé la historia de mi familia, sus sacrificios. Inclusive Pontevedra era muy nombrado en casa,calculo que seria por los amigos de Galicia de mis abuelos. Creo que las ganas de emigrar se heredan!!

  5. Me conmueve cada parte de tu relato taan tuyo pero tan parecido a mi historia familiar proveniente de Galicia y a mi sentir. Gracias por abrir tu corazón y hablar desde el alma. Llego a Madrid el 11/12 y me atraviesan muchas emociones. Gracias gracias gracias. Vani Alvarez ( Grupo Arg en Madrid)

  6. Tus palabras son exactas a mis sentimientos. Tengo una historia parecida y siempre dentro de mi estuvo la intención de emigrar a Europa, mi papáes italiano. Hoy estamos con mi marido más cerca que nunca de poder hacerlo… sé que me va a costar, tal como vos mencionas, pero vale la pena vivirlo! Muchas gracias por compartir tus experiencias!!!

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